lunes, 27 de mayo de 2013

I Maratón del Anochecer

Nada más conocer de este nuevo maratón (más 1 km, como era promocionado) me apunté, pues me llamaba la atención que se saliera de lo habitual: se corría por la tarde-noche, se hacía necesario el uso de frontal, se huía del asfalto y se asemejaba al trail, etc. Y que pretendía realizar un homenaje y recuperar el espíritu del mítico Maratón de Valtiendas. Además, estaba relativamente cerca (200 kms). Luego, al ir conformándose la agenda, quedó enmarcado como la tercera prueba, 2 maratones y un ultra, de larga distancia en 34 días. Estaba acostumbrado a tragar kms aunque no tanto, pero vendría bien para ir preparando el cuerpo para el GTP 60.


Aproximadamente hace un mes, Mari Tere (co-partícipe de la crónica) se ponía en contacto conmigo y decía que iba a apuntarse a la carrera. Me dio un par de razones que no acabé de creerme y me di cuenta que no tenía ni idea de cómo era la prueba. En realidad ,y aunque lo niegue, había entrenado con gente que corrió en Madrid y esto "le había motivado" (léase "me muero de envidia" o "si estos lo hacen, ¿por qué yo no? La cosa más normal del mundo, por otra parte). Así que aprovechando que yo estaba inscrito a este, más o menos como aquello de que el Pisuerga pasa por Valladolid, pues la mente se le iluminó. Como buena corredora de asfalto con poco tiempo en este mundillo, me explicó que si en no sé qué carrera hace tal tiempo y entrenando no sé qué y... vamos, ecuaciones de estas de revista atlética de moda. 

Uno, que en el fondo no es tan duro como gustaría de ser (tipo Rick Blame en Casablanca), pronto se ofreció a cambiar de modalidad y pasar de la prueba individual a la de parejas. Quizá mi subconsciente me engañara y, como había poca gente apuntada, buscara subir por una vez en la vida al podio; como fuera, este también acabó engañándome, pues calculo que en la prueba individual masculina hubiera estado sobre la tercera posición. Así que me tengo que conformar con "compartir la gloria", pues fuimos la primera pareja mixta, sacando más de una hora a las otras dos apuntadas; incluso fuimos la segunda pareja en el cómputo global sólo por detrás de la de hombres que ganó, lo que sirvió a sus integrantes para coronarse, también, a nivel individual. Encima, mi compañera me quitó todo el protagonismo y los aplausos de voluntarios y público, así como el reconocimiento en las redes sociales. Realmente, no sirvo para ser  frío y calculador, no soy un tipo de film noir

La carrera partía de la pista de Atletismo del complejo de la Dehesa, en San Sebastián de los Reyes. Y, acertadamente, se celebraban 10 kms, Media maratón y Maratón en diferentes modalidades: individual, parejas y Ekiden (cuatro relevos). Unas 500 personas daban ambiente a los prolegómenos. En lo que respecta al Maratón (o Maratón +1, un K-43), primero se daban 2 vueltas a un circuito, lo que coincidía con la media y, después, se entraba en otro circuito por los alrededores de la localidad que no sabría explicar demasiado bien por dónde se hizo. Bueno, ni demasiado bien ni demasiado mal: no sabría explicarlo. Sólo distinguí la A-1 cuando se corría cerca de ella. Y es que entre la oscuridad, el desconocimiento de la zona y el elevado sentido de la desorientación que poseo, me enteré de poco de esa segunda parte de la carrera. Sólo sé que me gustó y que lo iba pasando en grande. 

Tras saludar a algunos conocidos como los grandiosos Marek y Shinichi (extrañamente ambos en la labor de fotógrafos. A Marek le cojo varias fotografías) o los chicos de FFDR nacho_cooper y runningbox, se daba la salida y las dos liebres contratadas para la ocasión y encargadas de hacernos llevaderos los primeros 21 kms, Ramón y Ray, nos abandonaban en la primera cuesta como los guías africanos abandonan siempre a los protas en las películas de aventuras ambientadas en la Sabana africana. Sin embargo, como artista invitado aparece el genial y pionero Luis Arribas (Spanjaard), con el que me enzarzaré en una buena conversación sobre el mundo del running que durará toda la primera vuelta. Un honor. Además, él entrena por allí y nos va anticipando el recorrido. Se trata esta primera parte de un recorrido exigente, por el parque de la Dehesa, el Camino de la Cañada y una zona de la propia Dehesa Boyal. Al menos 3 cuestas duras que le dan personalidad a los 10 kms y a la media.


Tras pasar por la pista se vuelve a hacer el circuito. Tras dejar a Luis, que venía de correr el maratón de El Soplao el sábado anterior, me encuentro con otros dos corredores legendarios, con los que charlaré un rato: Antonio Huerta y Javi Martín (que el año pasado superaron los 100 maratones). Van un poquito más rápido, así que tras una amena charla nos emplazamos para la Maratón Misteriosa que está organizando Javi Sanz (otro de los más grandes) y Antonio le recuerda a Mari Tere que tenga cuidado, que "un maratón es molto longo". Aquí compruebo que mi sentido de la desorientación es superado, con matrícula de honor, por mi compañera de carrera, que ha olvidado ya el recorrido de la primera vuelta.

Tras subir la más larga de las cuestas, la primera de "las tres Marías", parada técnica (yo) que sirve para que asiente la respiración mi acompañante (no podemos separarnos más de 10 metros según reglamento, más o menos). Cuando empieza la bajada, se anima y le digo que regule, que los corredores cercanos son todos de la media y que conocedores de que les quedan 2 kms han aumentado el ritmo. Que no haga por seguirlos, algo que suele hacerse de manera inconsciente y más en terreno favorable. Poco después llegamos nuevamente a la pista, cogemos el frontal... y nos quedamos solos. Además, hay cerca de un kilómetro por una pequeña e irregular senda, lo que mete el miedo en el cuerpo llevando a pensar si no será así el resto del trayecto. 

Pero no, pronto llegamos a un camino amplio que transcurre junto al muro de ladrillo que imagino rodea el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares (que es mucho imaginar para no ver casi nada a estas alturas y no conocer, apenas, la zona). Aquí, bueno de mí, como el suelo es muy irregular y la visibilidad ya escasa, voy siempre por delante buscando la mejor zona para pisar y aconsejando a Mari Tere. Y es que hay que tener cuidado en varios momentos. Una gran luna anaranjada que comienza a tomar altura nos recibe. Sin duda, pienso, ha merecido la pena apuntarse sólo por esta maravilla. Así que con un ritmo cómodo y una continua cháchara (casi monólogo de apoyo) vamos consumiendo kilómetros. Esta segunda parte no tiene la dureza de las cuestas de la primera pero está llena de toboganes, además de sumarle las características propias de correr por la noche y sin encontrar a nadie en el camino.


Son más de10 kms sin cruzarnos con nadie, excepción hecha de la gente del avituallamiento del 27,5 y algún voluntario que señaliza un cruce de caminos. Los avituallamientos de esta segunda parte son excelentes, con agua, bebida isotónica, barritas, chocolate, plátanos y kiwis, gominolas y membrillo. En alguno me hubiera quedado un buen rato a hacer un menú degustación, pero ha dado la mala suerte de que venía a correr. En el de km 32,5 coincidimos con otros dos corredores y pronto los dejamos atrás. Los kms ya van pasando factura, aunque mi compañera no está pagando su condición de debutante. A partir de aquí adelantaremos a unos 10 corredores, lo que da muestra de la sensacional carrera que "la niña" se ha marcado. Tras una parada técnica (ella) le aconsejo que tome un gel, pues estoy notando que los kms le están empezando a pasar una pequeña factura. 

En torno al 34, la carrera se anima, pues coincidimos con varios participantes más, entre ellos Antonio y Javier. Los pasaremos en el 37,5, avituallamiento en el que pararemos poco tiempo y por el que, al parecer, habíamos pasado 10 kms antes. Al menos eso he creído leer, pues ni caí en el detalle: en lo único que estuve a punto de caer fue en el suelo. Tras salir de este, Mari Tere me comenta que podemos estar sobre las 4 horas, que le haría ilusión bajar. Yo, que la verdad es que voy más que cómodo (y, al menos, un minuto por encima del ritmo que hubiera llevado al correr la individual), le digo que si quiere aprieto un poquito y ella acepta, aunque no lo veo muy factible. Le gusta sufrir, la verdad, porque ya he detectado que lleva unos kms en silencio absoluto y con la respiración más alterada. Ese "espíritu asfaltero" del reloj y el tiempo por km, no se olvidade una noche para otra.

Pasaremos a otros 3 corredores en esta parte final del trayecto, yo ya en plan director técnico animando constantemente. Pero, sorpresa: en el km 39 iniciamos una subida, suave, pero que se alarga 3 kms y esto pulveriza el ánimo de la parte femenina del equipo. Hay que bajar el ritmo, no importa llegar unos minutos después, le digo, sino llegar bien. Hay algún momento de confusión como los que todos tenemos en carreras de larga distancia, pero al ser modalidad parejas se comparte (si uno es soltero empedernido es por algo... por poco más que por su poco agraciado aspecto, vamos), aunque finalmente recuperamos las buenas sensaciones, a lo que ayuda una pequeña bajada. Todavía hay, en las inmediaciones de la pista, algún pequeño tobogán pero todo está ya superado. Marcamos un tiempo de 4h08' (puestos 24-25 de unos 90 inscritos). Ducha, chocolate que la organización ofrece y hablamos para que nos den el premio antes de que llegue el resto de parejas apuntadas, pues no queremos llegar tarde a casa y hacer esperar más a Alfonso y Mario (la familia de mi compañera de fatigas).



Espero que vuelvan a organizarla el año que viene y haré todo lo posible por volver, pues la experiencia ha sido más que satisfactoria. Incluso me alegra, al fin, haber corrido a una intensidad menor que de costumbre para saborear mejor la prueba; hasta las piernas lo han agradecido. Organización más que notable (el speaker nacido en Quintanar un tío genial) pese a las críticas de algunos. Ha habido gente que se ha quejado enormemente de la señalización. Bueno, he oído quejas de todo tipo: el firme, la falta de luz, avituallamientos, cuestas, ... mucha gente ha protestado más que contra la subida del IVA. 

No entiendo la mayoría de ellas, la verdad. Pero vamos con la señalización. Estás en un trail y nocturno: en todo momento debes tener presente (experiencia) a lo que te enfrentas. Hay miles de bifurcaciones, como ya expliqué con el Trail de Alcoy de hace 15 días (y ese era diurno), así que hay que estar atento en todo momento. Y muchos lo están.... al reloj, especialmente en el Ekiden, donde se dieron las críticas más agudas. Es decir, debes ir buscando la baliza cercana y la siguiente y si avanzas 200 mts y no ves ninguna, das la vuelta que te habrás equivocado. Yo mismo dudé en un par de ocasiones (Mari Tere me seguía fielmente) y en otra, aunque sólo fue cosa de 10 mts, volví sobre mis pasos; pero no dudaba en disminuir ante un pequeño cruce la marcha para asegurarme de dónde estaba la señal. Y al final la veías y no pocas veces en forma de cinta y con flecha en el suelo. Se supone que esto se da por sobreentendido en este tipo de carreras, aunque alguno cree que deben ser igual que estas masificadas que se corren por la Castellana y finalizan en el Retiro. 

Y ya he dejado claro mi escaso sentido de la orientación, aunque creo que todavía tengo un poco de sentido común y cuando hay menos visibilidad pongo más atención. Eso sí, hay que reconocer que cuando se acumula la fatiga y el cansancio, esto es más difícil. Desde mi punto de vista, estaba bastante bien señalizada y la carrera es muy recomendable si comprendes a lo que te vas a enfrentar. 


lunes, 13 de mayo de 2013

I Trail Solidario de Alcoy

Con gente como Andrés (y sus suegros y mujer, Ana) en el lugar de la gran mayoría de políticos que existen en el mundo, este sería un lugar mucho más agradable. Fue a finales del año pasado cuando él nos informó de la celebración de esta carrera, que se organizaba por primera vez: de muntanya, 45 kms, por equipos de 4 participantes y donde el cuarto integrante en alcanzar la meta era el que marcaba el tiempo. Pronto ofrecía yo  hacer equipo, sabedor de que le haría ilusión correr en su ciudad y que le acompañáramos (o eso imaginé yo), y Juanlu, cómo no, se apuntaba. El cuarto integrante varió por compromisos en la fecha de celebración y al final acabó siendo Celso. 3 especialistas en montaña y otro, un servidor, muy lejos de serlo.



Andrés corrió con todos los detalles de la organización y encontró un patrocinador (el restaurante de su suegro, D'Ana) al que representaríamos y que pagaría las inscripciones. Además, unos y otros nos dieron alojamiento, nos ofrecieron una exquisita cena tras la carrera y nos brindaron un arroz con bogavante el domingo que, si lo hubieran probado, haría pensar a los dioses del Olimpo que llevan desde tiempos inmemoriales haciendo el tonto con su néctar y ambrosía. A cambio, nosotros sólo teníamos que aportar una de las cosas que más nos gusta: correr. Al menos, y dentro de nuestras limitaciones, creo que lo hicimos bastante bien. Tanta hospitalidad me (nos) ha abrumado y quedamos en deuda con los anfitriones.

El Trail Solidari Ciutat d'Alcoi es una prueba de unos 48,5 kms (más de lo previsto inicialmente por la organización) y 2.300 + que se desarrolla en los parques naturales de Mariola y La Font Roja, que rodean la ciudad. La salida y llegada se produce en 577 mts y el punto más alto sobre 1.336, el Menejador. Dos son las grandes subidas de la carrera, resumiendo perfil, aunque tienen pequeños descansos. La primera del km 5 al 9 (por encima de los 1000 mts), la segunda del 23 al 34 aproximadamente subiendo a la cota antes enunciada. El recorrido es realmente bello pero con alergia a las pistas forestales: entre estas y el asfalto no creo que superen el 25% del mismo. Es decir, sendas, sendas y más sendas; o sendas, traileras, senderos y corriols, si lo queremos presentar menos monótono (en cuanto a vocabulario, porque ni mucho menos lo es el trazado). Además, todo lo recaudado (grande la organización) para un par de asociaciones dedicadas a la lucha contra el cáncer. TODO UN EJEMPLO.


Los tres forasteros (Juanlu, Celso y yo) llegamos el viernes sobre las 8.30 a Alcoy: encuentro con Ana, recogida de dorsal, una vuelta por la ciudad y a esperar a Andrés. Pasta para cenar y sobre la 1.00 a dormir, que había que madrugar. Poco antes de las 6.30 a levantarse, algo de desayuno y a la salida. 106 equipos en carrera, lo que hacía una muy buena participación (más de 400 personas) para una prueba debutante y no al alcance de cualquiera. Con un petardazo que nos asustó, al estar de cháchara, se daba la salida. El traje oficial (o casi) del equipo, nos lo había suministrado Andrés: la camiseta, preciosa, de los cruzados del Atlétic Running Club de Alcoy.


Los primeros kms se desarrollan por la ciudad y como teníamos previsto, cada uno del equipo sigue su camino: muchos (casi todos) lo hacían, pero no era obligatorio que todos los integrantes fueran juntos. Al salir del Parque del Romeral  comienzan las primeras rampas (zona del Preventorio). En el descenso consiguiente, el primero del día, empieza a pasarme la gente por todos lados. Pienso que debo aprender a bajar de una vez por todas, pero es difícil, no entreno apenas montaña. De hecho, me presento a una carrera de estas características con un entrenamiento de 24 kms y el trail ligero y rápido de la semana pasada, Pies Negrox Trail. Intento mantener la calma, a pesar de que me cabreo (y mucho) cuando oigo a mi espalda decir un corredor a otro "ponle el aliento en la nuca". Por supuesto, me fijo en las camisetas de los chavales. Por si acaso...
 
Con la entrada en el Barranc del Cint empieza la primera gran subida. Dos rampas durísimas y el resto de forma contenida por una zona preciosa: entre rocas, agua que cae de las alturas y cruza el camino, corriendo como entre los restos de una antigua calzada... Aquí voy poco a poco superando corredores que no me explico si sólo entrenan bajando; la verdad es que me voy encontrando bien ascendiendo. Al coronar el Alt de Les Pedres (la zona conocida como "la buitrera") vemos un mar de nubes bajo nosotros, una imagen inolvidable. Aquí toca crestear por sendas y sobre el km 10 (Ermita de Sant Cristofol) comienza la primera parte del descenso; por supuesto, voy apartándome a un lado porque me pasa bastante gente. Intento aislarme: en carreras tan largas debo ir "cómodo" en todo momento. Del km 12 al 13 se vuelve a subir de manera suave, lo que aprovecho para coger a un equipo con los que iré, integrado y charlando unas veces, o cerca de ellos otras, varios kms.


Del km 13 al 23 llegan los más cómodos de la carrera. Primero un descenso suave y por terreno poco técnico; luego, una zona de toboganes que recorre la Vía Verde y los túneles o el Hotel Rural La Masía La Mota. La llegada al Racó de Sant Bona Ventura marca el inicio de la larguísima ascensión que culminará en el Menejador y que me iba a mantener entretenido las casi 2 horas siguientes. La primera parte de la ascensión, con fuertes rampas y algún mínimo descanso, culmina en el avituallamiento del Pla dels Galers. Aquí adelanto a 2 corredores aislados y a 2 grupos,  con aspecto de manejarse muy bien en la montaña. Tanto, que incluso me sorprende hacerlo; para satisfacción propia, uno de los segundos son los del aliento en la nuca, aunque me limito a animarles. Finalmente, llegarán más de 30 minutos después que yo a meta. A partir de aquí, haré la carrera solo, no adelantaré a nadie ni nadie me pasará. Unas 2 horas más viendo, exclusivamente, a la gente de los avituallamientos y controles de paso o a algún senderista que te anima.


La segunda parte de la subida también es durísima, con mezcla de pista y, preferentemente, senda. Las rampas más duras recurro a andar, pero recuperando rápidamente la carrera, lo que me permite seguir con mucha confianza. Finalmente, paso el control del Menejador pero a lo lejos veo una senda que zigzaguea. Pregunto, de manera retórica, si hay que subir por ahí. Esto no lo tenía previsto, pero ni mucho menos me encuentro sin fuerza. Tras crestear y subir de nuevo, toca bajar. Y vaya bajada. Esperaba pista (y Andrés me la había prometido), pero no: sendero. Terrible, interminable, continuada, sin grandes desniveles, con algún tobogán que hasta se agradecía, llena de piedra, de no más de 80 cms de anchura que reclamaba la atención y más con el grado de fatiga acumulado, entre árboles que no dejaban ver si nos acercábamos a la ciudad. Al menos, nos tapaba del sol de justicia , 23º, que ya comenzaba a castigar, aunque alguna nube nos había salvado de haber sufrido más. No sé si estaría cerca de 40 minutos por esa senda. Noto que no voy bajando mal, aunque en todo momento aseguro la bajada. Nadie se vislumbra detrás y es que la gran mayoría, cuando ya están escasos de fuerzas no bajan tan rápido (cosas de la fatiga muscular).

Al llegar al avituallamiento de la Ermita de Sant Antóni, fui uno de los hombres más felices del mundo.... hasta que me dijeron que quedaban 6 kms. ¡A añadir a los 42 que ya llevábamos!. A partir de aquí, de sopresa en sorpresa. Primero comienza una bajada por asfalto, cómoda, y cuando tomas velocidad veo a un miembro de Protección Civil. "Malo", exclamo. Y sí, en vez de seguir por la carretera, a otra pista, con un cartel de Bajada Peligrosa. Salvada esta, comienza una zona de pequeños toboganes que desemboca en la Vía Verde. Sonrisa de satisfacción, rota por la visión de otro miembro del mismo cuerpo: no hace falta que me diga nada, a por otra senda. 

Al salir de esta para coger una pista y en un momento de confusión en un cruce, tengo el principal bajón de la carrera. No físico, porque voy muy entero, sino mental. Me sorprendo hablando solo; bueno, quejándome,  con pensamientos como que si hay que correr 50 kms que lo digan y no mencionen 45, que dónde está Alcoy, que si esta era la pista que había dicho Andrés que tendría la carrera (50/50 la relación entre senda y pista, había declarado), que este trail no me lo puedo apuntar como maratón y tiene que ir al listado de ultras... hasta que salgo a un cruce y le pregunto a un voluntario que para dónde. Me contesta que hacia arriba, y me dan ganas de abrazarle. La rampa es dura pero creo que es el comienzo de la ciudad: no puede quedar mucho. Pronto empiezo a bajar y reconozco las cercanías de la casa de nuestro anfitrión y, por tanto, los últimos metros. Casi un kilómetro, en realidad, pero ya el sembrante de los últimos minutos cambia. 

Sin ninguna cuesta que subir más, me relajo e incluso me emociono ligeramente. Concluyo en un magnífico tiempo de 5h42' y puesto 34º de la clasificación general. Recupero líquidos mientras espero al resto; Juanlu, que es el que marca el crono oficial del equipo, llega sobre una hora después, lo que nos da el puesto 19º y 6º en la categoría. En todos los sentidos, mejor de lo esperado. Todos los equipos que habían concluido recibían la medalla en la tarima colocada para la ocasión.

La carrera, colosal y bien organizada. Muy difícil de marcar con tanta senda (y mucha cinta quitada a propósito por vándalos) y muchísimos cruces que podían llevar a confusión, pero en líneas generales más que aceptable este aspecto. Avituallamientos completos y suficientes, aunque corrí con camelback (que me resulta cómoda), con isotónico en gran cantidad, agua, fruta y barritas. Voluntarios entusiastas y muchos miembros de Protección Civil que, al concluir las 12 horas de tiempo y cuando cruzaron la plaza para coger los vehículos, recibieron una espontánea, atronadora y merecida ovación de los que todavía quedábamos por allí. Y lo mismo ocurrió cuando subió toda la organización a la tarima para hacerse la foto de rigor.

Hoy, lunes, piernas en buen estado y todavía satisfacción acumulada. Aunque algo cabreado porque, como dije antes, si en el mundo hubiera más gente como Andrés (y sus suegros y mujer, Ana), el mundo sería un lugar mucho más agradable. En 15 días, el Maratón del Anochecer: espero que las piernas no se quejen mucho. 

lunes, 6 de mayo de 2013

PIES NEGROX TRAIL

Buscando carreras tipo trail que se desarrollaran en los fines de semana del 27-28 de abril y 4-5 de Mayo, me encontré con esta prueba. La idea era realizar alguna tirada de montaña (entrenamientos y/o carreras organizadas) para afrontar con alguna ligera garantía el Trail de Alcoy del sábado 11 de junio (con sus 45 kms y casi 2.500 +). La semana pasada tocó un entrenamiento, duro, de 24 kms por la zona de Valdehierro (Madridejos)  y para esta me decanté por el mencionado evento. Tras tanto asfalto es poco bagaje, pero algo es algo. 

El Pies Negrox Trail tiene la salida y llegada en el precioso pueblo de Baños de la Encina (Jaén), cercano a Linares, Bailén y al Parque de Despeñaperros y situado en lo que podríamos llamar comienzos de la Sierra Morena jiennense. La salida se produce en la explanada del Castillo y el recorrido se desarrolla por los parajes cercanos, fundamentalmente junto al Embalse del río Rumblar. Es una prueba de unos 20 kms y con un desnivel positivo cercano a los 800 metros, con dificultades tipo tobogán que se desarrollan entre 339 y 489 metros como punto más bajo y alto, y que alterna sendas (trialeras) con pistas y algo de campo a través. Muy buena para iniciarse porque es rápida, escasamente técnica y casi todas las subidas son asumibles y pueden hacerse corriendo. Lógicamente, si se está entrenado, se quiere uno esforzar y ha regulado lo suficiente, aspectos que no siempre se conjugan en los participantes de este tipo de pruebas. 

El nombre procede de una de las categorías que incluía: minimalistas y barefooters. Es decir, corredores descalzos y/o usuarios de calzado minimalista, tema sobre el que habían ofrecido charlas el día anterior. La verdad es que no fueron muchos los representantes de esta tendencia, aunque las 300 plazas para el conjunto de las disciplinas se agotaron. Además, había espacio para los senderistas y para el canicross (7 kms para los que corrían con sus perros). Y un increíble e incansable speaker que amenizó desde os momentos previos a la salida.

Llegamos a Baños de la Encina un par de horas antes, lo que nos permitió pasear por la localidad y hacer unas fotos representativas. Digo llegamos, porque "engañé" al bueno de Ray para que hiciera su debú en el mundo del trail. Sabía que sufriría (y no poco), pero que acabaría contento y que era un "debú controlado". Es decir, una prueba adecuada para realizar el estreno; conozco a quien lo hace en pruebas duras y no llegan a hacer un kilómetro seguido corriendo, aunque luego dicen haber participado en una "carrera" de montaña. Y es que, con el boom del atletismo popular (asfalto y montaña), cada vez se ve más la participación de gente en pruebas para las que no se está preparado; lo que se traduce luego en maratones con tiempos catastróficos, y 13-14 kms alternando andar-correr-parar, o pruebas "off the road" en las que se anda más que se corre.


A las 10.30 y ya con una temperatura ideal (para estar a la sombra), se daba la salida y todavía en la localidad afrontábamos la primera y dura cuesta que nos sacaba de la misma. De aquí al km 6 se producen las primeras subidas y bajadas por pistas, con su buena inclinación pero sin dificultad en cuanto al firme. Ya hay gente que anda (no poca) en algunas de ellas y luego baja rápido para volver a caminar. De esta primera parte de la prueba, destaca la rampa de 400 metros al 16% que termina en el primer avituallamiento. En este punto comienza una bajada de casi 2 kms, casi por campo a través, donde sólo se vislumbra una minúscula senda. 

Los siguientes 10 kms tienen como protagonista el Embalse. Casi siempre se tiene como referencia visual y se corre, junto a él, a través de trialeras. Como es difícil adelantar y que te adelanten, se acomoda el ritmo al de delante, así que vamos rápido. Las trialeras, a veces a 5 metros del agua, a menudo están en terraplén, por lo que se corre inclinado, con la carga de tobillos que esto produce. En ocasiones tienen raíces o piedras en el suelo y, en otras, ramas que hacen que tengas que agacharte. En un momento que me despisto, tropiezo con una piedra y al suelo: por fortuna, logro parar el golpe con las manos y sólo me produzco un roce en la rodilla, que se ensangrenta, se queja un poquillo al seguir corriendo, pero nada más (aunque con el roce del pantalón, hoy molesta, pero no para correr). 

Estas trialeras a veces se dejan para adentrarnos en los bosques, afrontando aquí unas duras subidas que, tras su correspondientes bajadas, nos devuelven a las mencionadas trialeras. El avituallamiento del 15.5 nos da un respiro antes de afrontar las rampas más exigentes, esta vez por sendas que hacen más dificultoso el progresar. La segunda, de 500 metros al 15%, deja huella, ayudada ya por los kilómetros transcurridos y el calor. Los 3 últimos, dejado ya atrás el pantano, nos llevan a la localidad por pistas y sendas con subidas y bajadas. La entrada en Baños de la Encina se hace por la zona de "abajo", lo que conlleva afrontar una última cuesta con las fuerzas ya muy justas antes de entrar en meta. El tiempo oficial, 1:46.07. 

Tocaba recuperar mientras llegaba Ray, quien posiblemente se estaría acordando de mí; y no para bien. Al final concluyó en muy buen estado y con extraordinario tiempo: creo que volverá a hacer alguna prueba de este tipo. Como ya he avanzado: rápida, de poca dificultad, con recorrido bastante atractivo y que merece repetirse. El sábado, en Alcoy, será otra cosa.